En
la orilla de uno de los dos Lagos de los Amantes (uno de agua dulce y otro de
agua salada), ubicado en la falda del monte Baigong y a 40 kilómetros al
sudoeste de la ciudad de Delingha, se levanta una pirámide de unos 50 metros de
altura, conectada mediante varios tubos metálicos al lago salado.
En la parte frontal de la pirámide, hay tres cuevas con entradas de forma triangular. De las tres entradas, la del medio es la más grande y la única accesible, puesto que las dos de los laterales, los huecos de entrada son más pequeños y están derrumbados. La cueva central tiene aproximadamente seis metros de profundidad y dentro de ella hay un tubo de aproximadamente 40 centímetros de diámetro que se adentra en el interior de la pirámide, siendo visible únicamente la parte superior de este.
En la entrada de la cueva hay una docena de tubos de distintos diámetros (de 10 a 40 centímetros) que se dirigen hacia el interior del monte. Todos los tubos son rojos parduscos, del mismo color que las rocas circundantes. Aproximadamente a unos 80 metros de las cuevas, sobre la arena de la orilla sur del lago salado, hay un gran número de restos de metal oxidado, piedras y restos de tubos de diversos diámetros (de 2 a 4'5 centímetros) distribuidos de forma extraña y orientados en dirección este-oeste, habiendo inclusive, algún tubo tan fino como un mondadientes, siendo extraño también que, después de tanto tiempo junto a la arena del lago, ninguno de ellos esté obstruido o taponado. Más extraño es, que también algunos de estos tubos se internen en el agua del lago desde la orilla, desconociendo por ahora la profundidad alcanzada por estos y su finalidad.
Según Qin Jianwen, jefe del departamento de publicidad del gobierno de Delingha, se recogieron muestras de los tubos para realizar un análisis sobre su composición.
El resultado muestra que los tubos están compuestos de un 30 % de óxido de hierro, un alto porcentaje de dióxido de silicio así como de óxido de calcio. Pero lo más curioso de este análisis realizado a los tubos, es que el 8% del contenido no podía ser identificado, es decir, el tubo está compuesto de un material que no existe en la Tierra.
El que los tubos contengan gran cantidad de dióxido de silicio y óxido de calcio es el resultado de una larga interacción entre el hierro y la arena de la orilla del lago, con lo que se deduce que los tubos deben ser muy antiguos, dijo Liu Shaolin, el ingeniero que realizó el análisis. Liu Shaolin dató la edad de los tubos en unos 5.000 años de antigüedad, algo excepcional si, como sabemos, el hombre empezó a trabajar con aleaciones de metal tan sólo hace 2.000 años.
El resultado de los análisis, el hecho de que el entorno sea inhóspito y
desierto, no halla industria moderna en todo el área y que las únicas personas
que pasan por la zona sean unos pastores migratorios del norte de las montañas,
hacen este descubrimiento aun más misterioso.
El área de la pirámide está situada a 2.200 metros de altitud, con un aire fino y transparente, ideal para la astronomía. De hecho, la Academia de Ciencias de China construyó el Observatorio de la Montaña Púrpura a menos de 70 kilómetros de la zona.